lunes, 27 de abril de 2009

Ecos de la quinceava jornada


El final del campeonato regular se aproxima y las posiciones de los equipos se definen dentro del mediocrísimo sistema de competencia (¿competencia?) que padecemos. Pachuca y Toluca siguen en la pelea por determinar cuál es el mejor equipo entre ellos dos (porque de los dieciséis restantes difícilmente se hace uno), mientras que América y Cruz Azul se esfuerzan hasta lo imposible por demostrar cuál es el más malo (son aun peores que Tigres y Necaxa). Guadalajara dio la nota, al jugar su partido más feo de los últimos años. Metió su golecito contra Pumas y se encerró al peor estilo del catenaccio italiano. Por fortuna, Universidad no se dio por vencido y terminó por empatar un encuentro que debió haber ganado. En la lucha contra el descenso, de los tres involucrados sólo los Indios de Ciudad Juárez parecen realmente interesados en salvarse, mientras que rumbo a la liguilla hay demasiados cuadros con posibilidades. En fin, una jornada bastante triste y mediocre, con el agravante de dos partidos jugados a puerta cerrada por causa de la presunta epidemia de influenza porcina.

El mejor partido: Ninguno
El peor partido: Atlante Vs. Monterrey
El mejor gol: El de Abraham Carreño del Monterrey

domingo, 26 de abril de 2009

Proustiana


¿Cómo recuperar el tiempo perdido? No he escrito de muchas cosas que han estado pasando en el futbol nacional e internacional. Se me fueron dos jornadas del campeonato mexicano que no comenté y, peor aún, nada dije aquí sobre la destitución de Sven Göran Eriksson como director técnico de la selección y el arribo de Javier Aguirre al mismo puesto. Tampoco he opinado sobre la Champions (la de Europa, no la de Concacaf), las encarnizadas luchas por los primeros lugares en las ligas de Inglaterra, España e Italia o las crisis en el Cruz Azul y el América. En fin, espero ya ponerme las pilas y retomar este Futbol bizantino a partir de mañana.

miércoles, 8 de abril de 2009

El ídolo fracturado


Lo suyo fue como una tragedia shakesperiana o como uno de esos melodramas del cine mexicano de la llamada Época de oro. Así lo vivieron la afición chiva en particular y la afición mexicana en general, en el ya lejano año de 1970.
Unos meses antes, en diciembre de 1969, un certero cabezazo suyo en contra del Atlante le había dado un campeonato más a los rojiblancos del Guadalajara. Todo era fama y fortuna en la vida de aquel joven de veintidós años de nombre Alberto y de apellido Onofre. Cinco años llevaba en las filas del chiverío y su gran calidad como fino mediocampista lo había convertido también en la bujía de la selección nacional que, al mando del entrenador Raúl Cárdenas, se aprestaba a participar en la Copa del Mundo de México. Especialistas deportivos y la afición toda coincidían en que aquel jugador de exquisito toque estaba llamado a ser el crack de nivel internacional que durante años el país había soñado. Fue entonces que el destino le jugó una cruel jugarreta.
Durante el último juego interescuadras del equipo tricolor previo al Mundial México 70, a tres días del partido inaugural contra la Unión Soviética, Alberto Onofre y su compañero en el seleccionado, el defensor cruzazulino Juan Manuel Alejándrez, disputaron un balón dividido. El campo estaba húmedo y se produjo el choque de piernas. Fue una jugada accidental, pero aparatosa y de enorme gravedad: el hombre del medio campo, aquel en quien todos confiaban como el gran guía de la escuadra nacional, sufrió fractura de tibia y peroné.
Ante el pasmo de todos, fue llevado a un hospital para ser operado. Una vez ahí, el medico le pidió que se quitara la playera de la selección y se pusiera una bata, pero Onofre se negó y quiso quedarse con la camiseta verde durante la cirugía.
El mediocampista regresaría a las canchas hasta dos años después, pero ya no fue el mismo. Jugó un par de temporadas más y decidió retirarse cuando apenas tenía veintisiete años.
Nunca sabremos cómo le hubiera ido a México en aquel Mundial de haber contado en su alineación con el espléndido jugador chiva. Es muy posible que el Tri habría tenido un mejor desempeño y alcanzado mayores alturas. Pero eso es pura especulación. El hecho concreto es que Alberto Onofre no logró ver cumplido su sueño, ese mismo que compartió y vio frustrado al lado de millones de compatriotas.

lunes, 6 de abril de 2009

Ecos de la doceava jornada


El campeonato se calienta, al menos un poco. Algo tiene que ver que algunos de los llamados equipos grandes (aunque en los hechos hayan dejado de serlo) den señales de reaccionar. Pumas se mantiene enrachado y después de años logró imponerse al Cruz Azul (que no da pie con bola), América ligó un buen triunfo en Puebla y Guadalajara volvió a ganar, así sea por la mínima. Toluca mantiene su hegemonía y la campeonitis sigue sin afectarle, mientras que Pachuca y Monterrey -por circunstancias distintas- lograron empates muy meritorios. Si en este momento terminara el campeonato, los ocho que irían a la liguilla serían los ocho que están arriba. Mientras tanto, la parte baja de la tabla y sobre todo la lucha contra el descenso se pone al rojo vivo con el triunfo del Necaxa y el empate de los Indios de Ciudad Juárez, quienes de pronto se han convertido en los más abocados para regresar a la Primera A.
El mejor partido: Cruz Azul-Pumas
El mejor gol: El de Eduardo Coudet del Necaxa
El peor encuentro: Tecos-Tigres (qué feo juegan ambos)
Lo peor de la jornada: La dramática caída en picada de los Indios de Ciudad Juárez