lunes, 1 de junio de 2009

Dos finales (III). El Barça y los Pumas


Ganaron mis dos favoritos. cada uno en su galaxia deportiva, tan alejada la una de la otra pero a la vez tan cercanas. Curiosamente, fue más emotiva la final mexicana que la de la Champions League, a pesar de la marcada diferencia de nivel futbolístico entre ambas. Universidad y Barcelona, Barcelona y Universidad, mis dos equipos favoritos, el uno en el plano nacional y el otro en el internacional. Auriazules y blaugranas me regalaron una semana de ensueño. Los catalanes, al pasar por encima del orgulloso Manchester United y su pedante figura, Cristiano Ronaldo. Los Pumas, al vencer en dos tensos partidos al aguerrido Pachuca y su pretenciosa idea de ostentarse como "el equipo de México". Me siento feliz, por supuesto. No es para menos. Gracias a Messi y a Palencia, a Eto'o y a Jehu Chiapas, a Valdés y a Bernal, a Henry y a Dante López, a Xavi y a Toledo, a Iniesta y a Pablito Barrera y hasta al ausente Rafa Márquez y al siempre presente (jugo completos todos los partidos del torneo) Marco Pikolín Palacios. Gracias también al Pep y al Tuca, a Guardiola y Ferreti, estrategas inteligentes que a pesar de estar en puntos equidistantes (aunque el español pasó por el pambol mexicano como jugador de los Dorados de Culiacán), se encuentran hermanados por la magia del balompié. Sonará a lugar común, pero esta vez -en ambos casos- ganó el futbol.