miércoles, 8 de abril de 2009

El ídolo fracturado


Lo suyo fue como una tragedia shakesperiana o como uno de esos melodramas del cine mexicano de la llamada Época de oro. Así lo vivieron la afición chiva en particular y la afición mexicana en general, en el ya lejano año de 1970.
Unos meses antes, en diciembre de 1969, un certero cabezazo suyo en contra del Atlante le había dado un campeonato más a los rojiblancos del Guadalajara. Todo era fama y fortuna en la vida de aquel joven de veintidós años de nombre Alberto y de apellido Onofre. Cinco años llevaba en las filas del chiverío y su gran calidad como fino mediocampista lo había convertido también en la bujía de la selección nacional que, al mando del entrenador Raúl Cárdenas, se aprestaba a participar en la Copa del Mundo de México. Especialistas deportivos y la afición toda coincidían en que aquel jugador de exquisito toque estaba llamado a ser el crack de nivel internacional que durante años el país había soñado. Fue entonces que el destino le jugó una cruel jugarreta.
Durante el último juego interescuadras del equipo tricolor previo al Mundial México 70, a tres días del partido inaugural contra la Unión Soviética, Alberto Onofre y su compañero en el seleccionado, el defensor cruzazulino Juan Manuel Alejándrez, disputaron un balón dividido. El campo estaba húmedo y se produjo el choque de piernas. Fue una jugada accidental, pero aparatosa y de enorme gravedad: el hombre del medio campo, aquel en quien todos confiaban como el gran guía de la escuadra nacional, sufrió fractura de tibia y peroné.
Ante el pasmo de todos, fue llevado a un hospital para ser operado. Una vez ahí, el medico le pidió que se quitara la playera de la selección y se pusiera una bata, pero Onofre se negó y quiso quedarse con la camiseta verde durante la cirugía.
El mediocampista regresaría a las canchas hasta dos años después, pero ya no fue el mismo. Jugó un par de temporadas más y decidió retirarse cuando apenas tenía veintisiete años.
Nunca sabremos cómo le hubiera ido a México en aquel Mundial de haber contado en su alineación con el espléndido jugador chiva. Es muy posible que el Tri habría tenido un mejor desempeño y alcanzado mayores alturas. Pero eso es pura especulación. El hecho concreto es que Alberto Onofre no logró ver cumplido su sueño, ese mismo que compartió y vio frustrado al lado de millones de compatriotas.

3 comentarios:

  1. Efectivamente, Don Hugo, Onofre pudo haber cambiado la balanza de forma considerable. Por mi edad me es imposible hablar con autoridad sobre sus capacidades o alcances, pero mi padre, un Chiva ferviente y de inteligentes palabras, me ha transmitido las jugadas y finura de tan malogrado jugador. Me llama mucho la atención la poca atención que se le pone a tan fugaz estrella, hasta el punto de ser un anónimo entre Chivistas actuales y de antaño por igual, un anónimo que es mas como fantasma, siendo recordado por pocos; pero en esos pocos se le guarda un recuerdo poderoso, casi de epifanía. Mi padre cuenta que estaba más proximo a Zidane que a ls torpezas de Cuauhtemoc Blanco, pero siempre le refuto la falta de mentalidad del jugador de aquellos años (ya que siempre recalca a Héctor Hernández y al "Jamaicon" Villegas) hasta para sobreponerse a lesiones y ni hablar de jugar en el extranjero. Una felicitación por recordar verdaderas joyas futbolísticas -y nada deesas guarradas deTelevisa- y un abrazo. Suga asi, que tan bien va

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  2. Y que me dicen del Chima Ruiz? yo no lo vi jugar, pero comentan que tenia una espectacular gambeta y vision de campo, no se que equipos lo pretendian pero estaba llamado a ser figura, hasta que la grave lesion que le propino Quirarte lo alejo un tiempo y cuando volvio no fue el mismo... comenta algo de eso Hugo

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  3. yo soy sobrino de onofre,
    mi tio nunca comenta acerca de eso,
    pero el fue un jugador qe pudo haber cambiado la historia DEL FUTBOL MEXICANO, simplemente no tiene comparacion.
    con decirles que los directivos llegaban y le pedian la alineacion de la seleccion....

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