miércoles, 18 de noviembre de 2009

La mano de Dieu


Para nadie de quienes me conocen bien es un secreto mi filia por Francia y todo lo francés. París es la única ciudad fuera del Distrito Federal donde me he sentido como si yo no fuese ajeno a ella y la literatura, la historia, el arte, el cine y la música de ese país me resultan tan fascinantes como entrañables. Nada tiene de extraño por tanto que en el partido definitivo de hoy, entre Francia e Irlanda, jugado en el Stade de France, yo fuera un televidente enfundado en los colores galos. Sin embargo, no me gustó en absoluto la forma maradonianamente tramposa como los bleus lograron el empate en tiempo extra y, con ello, la victoria en el marcador global y la calificación al Mundial 2010 de Sudáfrica. Esa mano de Thierry Henry manchará por siempre al equipo de Raymond Domenech y hará que su participación en la Copa del Mundo sea cuando menos ilegítima. eso para no hablar del mal juego que dio el equipo, con lo que se demostró que la era de Domench debe terminar de inmediato, porque su manera de manejar a la escuadra azul nada garantiza para el torneo mundialista. En fin, una pena lo que sucedió en Saint-Denis este día. Una clasificación espuria.

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