Comenzó el torneo de Clausura 2011 del balompié mexicano y las esperanzas de ver buen futbol resultan bastante remotas. Sin contrataciones importantes en los equipos, sin cambios en los reglamentos que fomenten la competencia y no incentiven la mediocridad y el conformismo, sin que los llamados equipos grandes (con excepción quizá del Cruz Azul) parezcan llamados a protagonizar el campeonato, el panorama luce muy poco alentador. La primera jornada así lo marca. Los partidos han sido en general aburridísimos y si los comparamos, por ejemplo, con los de la FA Cup de Inglaterra de este mismo fin de semana, es como para ponerse a llorar. Claro, se supone que las cosas pueden ir mejorando con el transcurso de las jornadas y que los equipos mexicanos se irán conjuntando mejor. Pero aun así, no es como para emocionarse mucho. De todos modos, creo que los favoritos para llevarse el título son los mismos del torneo pasado, es decir, Monterrey, Santos y Cruz Azul. El Atlás goleó cinco a cero al Morelia, pero ya se sabe que los rojinegros suelen empezar a tambor batiente y terminan siempre como paño de lágrimas. Los Pumas sacaron un buen empate de Toluca en un partido horrible y lo mismo puede decirse de las Chivas en Puebla. En cuanto al América...(ay, el América), lo de siempre. En fin. Esta vez las verdaderas emociones estuvieron en la liga italiana (vaya juegazo el cuatro a cuatro entre Milan y Udinese) y en los juegos de comodines de la NFL, sobre todo los dos de ayer sábado. ¡Qué manera de ganar de los Jets de Nueva York!
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