jueves, 26 de febrero de 2009

¿Michel o Míchel?


Desde que llegó a la portería del Guadalajara, su nombre empezó a ser conocido y los comentaristas y narradores de radio y televisión comenzaron a pronunciarlo con profusión. No era para menos. Se trataba del hombre que sustituiría en el arco de las Chivas al mismísimo Oswaldo (o San Oswaldo, según los ñoños) Sánchez. Luis Ernesto Michel llegó para quedarse, gracias a su calidad, su serenidad, su prestancia, su discreta elegancia bajo los palos. Hasta ahí todo muy bien. Pero he aquí que la mayoría de los lorocutores en los medios, agringados como son, dieron por pronunciar mal el apellido del cancerbero tapatío y acentuaron el apellido Michel (de origen francés y de pronunciación aguda) en la primera sílaba, como si fuese una palabra grave. Míchel le dijeron y le siguen diciendo muchos. Tal vez se deba también al recuerdo de aquel jugador del Real Madrid que fuera compañero de Hugo Sánchez y de Emilio Butragueño, el famoso Miguel González, alias Míchel. El problema es que Luis Ernesto se apellida Michel (el acento tácito recae en la letra e), como los miles de Michel que viven en el estado de Jalisco y en otras regiones de la república. Lo sabré yo que llevo ese apellido desde el lado materno (mi madre de hecho es jalisciense). Aunque su estilo no me resulte del todo simpático, debo decir que entre los pocos que siempre han pronunciado bien el apellido está Enrique El Perro Bermúdez y por ahí algún otro. Pero desde Rafael Puente hasta André Marín y muchos más siguen duro y dale con el maldito Míchel a la gringa. Cosas de la incultura idiomática.

1 comentario:

  1. Desde hace algunas semanas leo tu blog. Me parece muy interesante, una manera distinta de ver el fútbol. Excelente entrada, sigue así.

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